Cuando a una mujer embarazada le preguntan "¿Va a ser nena o nene?" refiriéndose
al bebe, nunca nadie se pregunta de qué depende esa respuesta. Ser hombre o
mujer, depende de una diminuta estructura dentro del ADN: el Gen SRY.
Hace muchos años se estableció que los hombres poseen el cromosoma Y, que se
hereda por vía paterna, el cual los distingue de las mujeres cuyos cromosomas
son solo X. Sin embargo, en los años ’90, se descubrió que no es el cromosoma Y
quien determina el sexo de una persona, sino una pequeña parte de él. Esta
parte es el Gen SRY (siglas en inglés para Región Determinante del Sexo del
Cromosoma Y).
El Gen SRY debe estar activado en cualquier ser humano para
que éste tenga características masculinas, sin importar el tipo de cromosomas
que tenga. La activación ocurre durante el segundo mes del desarrollo
embrionario y provoca que se activen otros genes que forman los genitales del
hombre.
El descubrimiento y estudio del gen SRY ofrece nuevas
posibilidades además de las que se pensaban previamente de que el hombre tiene
cromosomas XY y la mujer tiene XX. Por
ejemplo, alguien con cromosomas XX que tenga el gen activado (debido a alguna mutación) va a tener
el fenotipo masculino, mientras que alguien con cromosomas XY con el gen
desactivado presenta características femeninas. La consecuencia
de esta variación es que la persona que tiene un fenotipo distinto al que
establecen sus cromosomas es estéril.

El descubrimiento de este gen fue fundamental para explicar
la esterilidad de algunas personas, pero además generó una gran serie de
planteos. La existencia del gen SRY y su función quiere decir que todos los
seres humanos son mujeres en un principio. Sin embargo, los planteos surgen a
la hora de explicarles a las personas por qué son estériles. ¿Sería moralmente
correcto que un doctor le diga a su paciente que no puede tener hijos porque en
realidad tiene otro género? ¿Cómo se debería considerar ese paciente? ¿Hombre
o mujer?
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